Aunque el ser humano es una unidad para el estudio de su funcionamiento, lo dividimos en sistemas, como por ejemplo el sistema respiratorio, el sistema cardiovascular o el sistema craneosacral.
Un sistema corporal es un conjunto de estructuras, de órganos y tejidos que trabajan juntos para llevar a cabo una función específica. Cada sistema corporal es esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo y está interconectado con los otros sistemas para mantener el equilibrio y la homeostasis.
En osteopatía y en terapia craneosacral se considera que el sistema craneosacral está compuesto por el cráneo, las meninges, el líquido cefalorraquídeo y la columna vertebral con el hueso sacro y está diseñado para proteger y mantener el correcto funcionamiento del sistema nervioso central.
El doctor Wilian Garner Sutherland lo descubrió a comienzos del siglo veinte, al comenzar a realizar una serie de experimentos biomecánicos para tratar de demostrar la movilidad de los huesos del cráneo, lo que le fue llevando a constatar empíricamente, la movilidad de todo el sistema craneosacral, la relación directa entre sus partes y a descubrir que este movimiento se expresa mediante un ritmo sutil de ida y vuelta al que denomino impulso rítmico craneosacral
Este ritmo natural se considera una manifestación de la fuerza vital que aporta al cuerpo la capacidad de autorregularse.
Vamos a detallarlo brevemente:
El cráneo
La palabra cráneo proviene del griego y significa casco o yelmo
Es interesante destacar que no es lo mismo el cráneo que la cabeza, La cabeza está formada por cráneo y cara. El cráneo, a su vez, está formado por ocho huesos: dos pares a ambos lados, los temporales y los parietales, y cuatro impares centrados en la línea media. como son el frontal, occipital, esfenoides y etmoides
El cráneo es una estructura ósea cuya función principal es que contiene y protege al encéfalo.
Las meninges
La palabra meninge proviene del griego que significa membrana.
Las meninges son un conjunto de tres membranas de tejido conectivo que recubren y protegen el cerebro y la médula espinal, aportando una protección blanda que se suma a la protección dura del cráneo y la columna vertebral
Las tres capas de las meninges son las siguientes:
Duramadre: Es la capa más externa y dura de las meninges. Está formada por una capa doble de tejido conectivo denso y fibroso que se encuentra en contacto con el hueso del cráneo.
Aracnoides: Es la capa intermedia de las meninges y se encuentra entre la duramadre y la piamadre. Esta capa es más delgada que la duramadre y tiene una apariencia similar a una tela de araña.
Piamadre: Es la capa más interna y suave de las meninges. Se encuentra en contacto directo con el cerebro y la médula espinal y está compuesta de tejido conectivo delgado y delicado.
En conjunto, las meninges protegen y amortiguan el sistema nervioso central contra lesiones mecánicas y ayudan a mantener un ambiente estable para su correcto funcionamiento. Además, las meninges ayudan a mantener la presión del líquido cefalorraquídeo y a suministrar nutrientes y oxígeno al cerebro y la médula espinal.
El líquido cefalorraquídeo
El líquido cefalorraquídeo(LCR) o líquido cerebroespinal (LCE) es un líquido claro y acuoso que se encuentra en las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, con un volumen de entre 100 y 150 ml.
El líquido cefalorraquídeo es esencial para el correcto funcionamiento del cerebro y la médula espinal, proporcionando protección, transporte de nutrientes, eliminación de desechos, regulación de la presión intracraneal y también desempeña un papel en la función inmunológica.
El líquido cefalorraquídeo fluye en un impulso rítmico que puede ser sentido y modificado por un terapeuta capacitado.
La columna vertebral
La columna vertebral es una estructura ósea y cartilaginosa que se extiende desde la base del cráneo hasta la pelvis. Está formada por una serie de huesos llamados vértebras, que se apilan unas encima de otras y están unidas entre sí por los discos intervertebrales que le dan mayor flexibilidad. Tenemos siete vértebras cervicales, doce vértebras torácicas, cinco vértebras lumbares, cinco vértebras soldadas que conforman el sacro, y de tres a cinco vértebras también soldadas que formaban la “cola” o cóccix.
La columna vertebral tiene varias funciones importantes en el cuerpo como por ejemplo, protege la médula espinal, proporciona soporte estructural al cuerpo, permite la movilidad, produce glóbulos rojos y protege los órganos internos.
El hueso sacro
La palabra «sacro» proviene del latín «sacrum», que significa «sagrado» o «consagrado». Este término se refiere a la importancia que se le atribuía al hueso sacro en la antigua Roma, donde se creía que este hueso era sagrado y estaba conectado con la divinidad.
El hueso sacro es triangular y está ubicado en la base de la columna vertebral, justo por debajo de la quinta vertebra lumbar y por encima del coxis. El sacro está formado por cinco vértebras fusionadas y se une con los huesos de la pelvis a través de las articulaciones sacroilíacas, lo que ayuda a transferir el peso del cuerpo a las piernas y los pies, tiene también una función importante en la estabilidad de la columna vertebral y en el proceso del nacimiento, a través del canal del parto.
Resumiendo podemos decir que el sistema craneosacral es un conjunto de estructuras, formado por el cráneo, las meninges. El líquido cefalorraquideo, la columna vertebral y el sacro y tiene las importantísimas funciones de protección del cerebro y la médula espinal, la regulación del flujo de líquido cefalorraquídeo, la coordinación del sistema nervioso, el mantenimiento del equilibrio y la postura, y forma parte de la pelvis actuando sobre el parto.
La terapia craneosacral
empezó trabajando con este sistema corporal de forma mecánica, obteniendo grandes beneficios para los clientes, y posteriormente, expandió su enfoque al resto del organismo, trabajando de forma holística al integrar armoniosamente, no solo todas las estructuras corporales, sino también, su relación con las emociones, los pensamientos y el campo energético del ser humano. Actuando siempre con un toque muy delicado para potenciar la libre expresión de los ritmos naturales.